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El Nuevo Orden Mundial es JUDÍO… ¡Hay que ver el «elefante» completo! |
Julio 3, 2015 16:51
Tiempo de Lectura: 1 Minuto
«Después de ver las imágenes de las cámaras de seguridad, los oficiales de Inteligencia llegaron a la conclusión de que es la persona sospechosa», dijo el juez Néstor Valetti a El Observador. EL OBSERVADOR.
POLICIALES
No estaba preparado para explotar pero generó preocupación. Había interruptores y cartuchos de escopeta. Inteligencia israelí manifestó preocupación. SUBRAYADO.
Funcionario de la embajada es sospechoso
La Justicia profundizará la investigación sobre los tres artefactos explosivos encontrados durante los últimos siete meses en las inmediaciones de la Embajada de Israel y, puntualmente, sobre un funcionario de la sede diplomática, quien hasta hoy es el principal sospechoso de haberlos colocado. EL PAÍS.
Recordemos:
Gracias a este tupa-ZOG inmigracionista, pronto nos tocará sufrir en carne propia los atentados terroristas islámicos que padecen los europeos, los norteamericanos y los australianos.
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Torres gemelas (World Trade Center: Centro Mundial de Comercio) de Montevideo. Uruguay. |
Lo positivo de este hecho al menos, es que el atentado iba dirigido hacia la embajada de IsraHELL…
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Recordemos:
VEAMOS LA ÉNESIMA EVIDENCIA DEL ZOG EN URUGUAY.
EL TEATRO JUDÍO CONTINÚA…GORZY ASUSTA A LA GENTE CON LOS «TERRIBLES TERRORISTAS IRANÍES«, PORQUE QUIERE LLEVAR A URUGUAY A UNA GUERRA CONTRA IRÁN. ESO ESTÁ TODO ARMADO, PARA QUE URUGUAY SIRVA A ISRAEL.
EL FRAUDEAMPLIO SIRVE A ISRA-HELL.
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Canciller Luis Almagro. |
Y claro, la Unidad Popular, el Fiambre y su club de fans, aprovechan para «hacerse los buenos» supuestamente «criticando» a Israel, cuando ellos apoyan al HOLOCUENTO (comparando a los israelitas con nazis) y son COMUNISTAS, SIENDO EL COMUNISMO UN INVENTO JUDÍO, COMENZANDO POR EL PROPIO MARX.
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08/07/2015. FEDERACIÓN PALESTINA.
Desde LaHaine.org:
En Uruguay funciona un servicio secreto judío paraestatal y clandestino
Coordina con el Estado, según el libro «Mandato de sangre. El poder de los judíos en Uruguay», de Fernando Amado
El hecho ocurrió hace algunos años; en la sede de la Comunidad Israelita del Uruguay, el ministro del Interior de entonces le preguntó al presidente de la organización judía: «¿Ese es tuyo o mío?». «¿Por qué? ¿Qué precisa?», le preguntó a su vez. «Preciso comprar cigarros», le respondió el jerarca uruguayo. «Es mío, deje que yo le hablo», le aclaró el titular del comité.
La anécdota está relatada en el libro «Mandato de sangre. El poder de los judíos en Uruguay», del politólogo y diputado del Partido Colorado Fernando Amado
El libro, que sale a la venta hoy jueves 22, dedica un capítulo a uno de los temas que menos se conoce sobre la actividad judía en el Uruguay: su propio servicio secreto de seguridad e inteligencia.
La anécdota que se cuenta en el libro demuestra que las autoridades uruguayas están al tanto de la existencia de ese servicio «paraestatal» y «clandestino», dice Amado en el libro, aunque aclara que esta organización coordina con el gobierno.
El nombre de este servicio es «Bitajon» y tiene a su cargo la «seguridad e inteligencia» que se brinda a cualquier institución o familia judía particular que los precise, se indica en el libro.
En Uruguay, Bitajon comenzó a funcionar desde el nacimiento del Estado de Israel, hace 60 años, por una «simple razón», explica Amado: la «desconfianza de los judíos en las Fuerzas Armadas del Estado uruguayo, cuya misión ‘debería’ incluir la defensa de los judíos que son parte de la sociedad».
¿Por qué existe esa desconfianza? Por la «posible presencia de elementos antisemitas en el seno del aparato familiar que pudiera afectarlos directamente como colectividad», señala el autor.
El único lugar del mundo donde no hay Bitajon es Estados Unidos, porque la comunidad judía confía «ciegamente» en los servicios de seguridad de ese país.
Amado aclara que Bitajon «nada tiene que ver con el Mossad» (el Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales) de Israel. Incluso sostiene que en Uruguay no se registra la presencia del Mossad.
Al comienzo, la principal preocupación de Bitajon fue la «seguridad de los movimientos juveniles, las instituciones, la embajada, y la custodia de las personalidades» que visitaban Uruguay, pero luego comenzó a estudiar los focos de antisemitismo.
En el pretil
Bitajon «no figura oficialmente en ningún lado ni tiene personería jurídica. Para el Estado uruguayo no existe, pero las autoridades sí saben de su existencia», informa Amado, quien además escribió libros sobre los militares, la Masonería, el Opus Dei y la vida del dirigente colorado y ex gerente de la Asociación Española Oscar Magurno.
Hasta el gobierno de Luis Alberto Lacalle (1990-1995), Bitajon era una «organización paraestatal y clandestina». Pero durante el mandato de Lacalle, debido a una «ofensiva» por el «control de armas» y tras el atentado que sufrió la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires, «las autoridades de la colectividad judía decidieron ‘blanquear’ su situación con las autoridades nacionales». Eso se informó en una serie de reuniones, dice el autor.
Desde ese momento comenzó un relacionamiento que se mantiene hasta hoy. «Cuando viene al país alguna autoridad, cuando se celebra el acto de La Noche de los Cristales Rotos en la B’nai B’rith, la recordación del holocausto en la Kehilá o cuando hay grandes aglomeraciones de integrantes de la colectividad como en las sinagogas en Rosh Hashanah o Yom Kipur, Bitajon es el encargado de armar operativos importantes de seguridad en los que colaboran tanto la Policía como personal del Ejército.
El cuerpo de francotiradores de la Policía y el Equipo de Desactivación de Artefactos Terroristas del Ejército coordinan y participan de dichos operativos», relata Amado en el libro.
Una autoridad de la colectividad judía uruguaya explica al autor que trabajan en coordinación con la Dirección de Inteligencia del Estado, la Policía, Bomberos y unidades especializadas del Ejército.
«Otra realidad que se ‘blanqueó’ fue la de la tenencia de armas. A partir de 1994, luego de consultas a distintos juristas entre los que se destaca Gonzalo Fernández, los jefes hicieron los cursos correspondientes, según marcan las leyes vigentes para obtener el porte de armas», dice Amado.
Muchas veces, afirma el autor, Bitajon «no solo se queda en la prevención sino que pasa a la fase de acción». «Un alto dirigente de la colectividad judía explica: ‘Nosotros pintamos, sacamos fotos, hacemos seguimientos, obligamos a la Policía a no hacerse la pelotuda, pero también a veces tenemos que actuar. Hay cosas que son normales en la vida y escapan al ámbito policial y las arreglamos nosotros.
Por ejemplo, hubo una época en que se empezó a dar sistemáticamente que agarraban a chicos judíos en Pocitos y les daban una paliza. Eso lo arreglamos rápidamente. La Policía hace su trabajo, y el Bitajon hace su trabajo también».
Otro caso involucró al ex director de Rentas, Eduardo Zaidensztat, a quien se acusó de «coimero» en unas pintadas. «Bitajon fue quien actuó rápidamente en este caso pescando in fraganti a los autores mientras hacían su trabajo, les tomaron fotografías e inmediatamente el presidente del Comité Central Israelita del Uruguay Ernesto Kreimerman fue informado sobre lo que acontecía», puntualiza Amado en su libro. Kreimerman realizó la denuncia a la Policía.
Un ex jefe de Bitajón, que prefirió que no apareciera su nombre en el libro, dijo que el accionar de su organización actúa en el «pretil» de la ley y que «muchas veces ‘estiran las leyes lo necesario’».
Entrenamiento
Esta organización de seguridad tiene aproximadamente 30 personas contratadas, que trabajan en las instituciones todos los días como personal de seguridad estable y permanente, escribe Amado.
Los contratados son reclutados de manera diferente a los voluntarios, pertenecen a «sectores socioeconómicos más bajos y son de mayor edad. Además, la mayoría viajó a Israel y recibió «instrucción especial». Quienes llegan a las jefaturas de Bitajon son los únicos que portan armas, para lo que recibieron un entrenamiento especial
Son entre ocho y diez jefes que tienen entre 35 y 40 años y se caracterizan por una «gran perseverancia, por tener un coeficiente intelectual superior a la media, por no ser violentos y por tener talento al momento de manejar situación de alta tensión y actuar con tranquilidad bajo presión».
«Todo este entramado funciona como un ejército. Se dan y se reciben órdenes, hay una cadena de mando bien establecida y es fundamental el cumplimiento de las órdenes para que los operativos tengan éxito», apunta Amado.
La cantera para el reclutamiento son los jóvenes judíos que asisten a la colectividad judía o a los movimientos juveniles. Entre los 17 y los 19 años, los jóvenes están pendientes de ser llamados para integrar Bitajon, de lo que los padres no se enteran.
Durante dos años el candidato está a prueba. Recibe entrenamientos físicos y de defensa personal que tiene varias particularidades, escribe Amado en el libro. «En primer lugar, se rota permanentemente de lugar, día y hora de entrenamiento. En segundo lugar, hombres y mujeres entrenan a la par. En tercer lugar, los instructores son muy exigentes y los entrenamientos son violentos y duros», añade.
En las clases teóricas, en tanto, se les enseña estrategia, inteligencia y cómo realizar operativos tanto preventivos como reactivos. Asimismo, se les enseña «cómo disimular y ocultar su pertenencia a la organización. Aprenden rutinas para no ser descubiertos, para que nadie sospeche que integran Bitajon, ni siquiera los padres».
Texto completo en: http://www.lahaine.org/en-uruguay-funciona-un-servicio-secreto
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Por si toda esa gran FARSA JUDÍA fuera poca, todavía nos vienen a indoctrinar a nuestros niños con la ópera infantil Brundibar:
EL OBSERVADOR.
Todo sea para continuar difundiendo la gran mentira del «holocausto judío» que NUNCA EXISTIÓ…
El horror nazi:
La increible verdad sobre Auschwitz.
¡Qué terrible! ¡Cómo torturaron los «malvados nazis» a los «inocentes judíos»!!! (???)
Más sobre Auschwitz:
Según testimonios auténticos de los sobrevivientes (fuente: Metapedia).
Los así llamados «campos de exterminio» ubicados en el Este, a menudo contaban con instalaciones recreativas tales como piscinas, sauna, canchas de fútbol con partidos cada semana (donde los
SS llegaron a jugar con los detenidos), así como bibliotecas y teatros. También habían enfermerías para los prisioneros (unas 4.800 personas estaban bajo tratamiento médico en el «campo de exterminio» de
Auschwitz) y oficinas de correos, donde se les permitía enviar una postal al mes y cartas relatando sus experiencias en el campo a sus familiares y amigos
[7]. En Auschwitz había una cantina en la cuál los internos podían comprar cigarrillos, comida y cerveza ligera con un dinero especial que era distribuido por las autoridades del campo. Por otra parte, el estado alemán brindaba asesoramiento legal en el campo y algunos de los presos fueron liberados.
Después de la guerra son los propios ex internos
judíos y no judíos, los que corroboraron esta realidad con sus testimonios, aportando además pruebas documentales como fotografías de las representaciones teatrales, las cartas escritas por ellos mismos, los sellos, e incluso el dinero creado especialmente para circular dentro del campo. También se conservan filmaciones de los partidos de fútbol, representaciones teatrales, etc.
Piscina
Una piscina en el «campo de extermino» de Auschwitz.
¿Que hacía una piscina en el «campo de exterminio» de
Auschwitz? Las autoridades del
Museo del Holocausto han tenido serios dolores de cabeza para explicar su existencia. Primero intentaron solucionarlo colocando un cartel en
polaco y
hebreo (en lugar de
alemán) que decía que se trataba de una reserva de agua a ser utilizada por bomberos en caso de incendio. Sin embargo esto no explica por qué en lugar de construir un estanque ordinario como reserva de agua, los alemanes construyeron uno con forma de piscina, con escaleras a los lados y un trampolín para saltos. Otra versión utilizada por el museo es que esto era realmente una piscina, pero que en realidad solo el personal de las
SS estaba autorizado para utilizarla. No obstante, como lo indica el revisionista
David Cole en un mapa durante una entrevista con
Ernst Zündel, resulta extraño que la piscina está completamente alejada de los edificios de los
SS ubicándose justo en frente de las barracas de los prisioneros
[8]. Finalmente está la versión de los sobrevivientes del Holocausto para los cuales la piscina era exactamente eso, una piscina. Según los testimonios del detenido Marc Klein, el judío Robert Weil y muchos otros, la misma era utilizada por los prisioneros con fines recreativos
[9]. Se encontraba ubicada frente a las barracas de los internos para el disfrute de estos en los meses de verano.
Teatro y conciertos
Orquesta formada por internos de Auschwitz tocando un domingo de 1941. Se ubicaba al lado de la puerta principal para despedir o recibir al público con música.
En el juicio de 1988 contra
Ernst Zündel en
Canadá,
Thies Christophersen declaró bajo palabra que asistió a los conciertos celebrados en
Auschwitz los domingos de cada semana, donde actuaban músicos profesionales internados en el campo
[10]. Explicó que estos se agrupaban debajo del portal que da acceso al campo. Un dato mas que significativo porque implica que cualquiera que estuviera en los alrededores podía confirmarlo. A estos conciertos de música clásica asistían los prisioneros del campo, además de los guardias de la
SS. Otras funciones se realizaban en el teatro. Todos estos hechos han sido también confirmados por los testimonios de judíos sobrevivientes.
Asimismo hubo una orquesta femenina que interpretaba música en
Auchwitz-Birkenau. Cuando el cineasta
Steven Spielberg creó una asociación para reunir testimonios de sobrevivientes del
Holocausto, se encontró conque muchos de ellos recordaban con emoción las obras de teatro a las que asistieron y los personajes interpretados por ellos mismos en el «campo de exterminio». La documental
Los últimos días de la gran mentira del revisionista
Eric Hunt incluye diversas entrevistas a sobrevivientes judíos, publicadas en el archivo creado por Spielberg. Esto se apoya en importante evidencia documental de la época, desde grabaciones en vídeo de las actuaciones hasta los programas a interpretar, con la lista de obras musicales y teatrales de cada función
[10]. Los autores de los programas impresos, eran los propios reclusos, e incluían ilustraciones y dibujos realizados por ellos
[10].
Ditlieb Felderer cita un libro del detenido Maximillian Kobler quién presenta un mapa del campo donde aparece el teatro indicado como «teatro» y la supuesta cámara de gas de
Auschwitz no aparece como tal, sino como lo que fue realmente, un «crematorio» con un refugio antiaéreo adjunto
[10].
Oficina de correos
Postal enviada desde Auchwitz a Lublín en Polonia. Al reverso incluye una carta manuscrita.
La existencia de oficinas de correos en los campos «de exterminio» constituye otra incómoda realidad para la
historia oficial ya que a través de estas los internos se comunicaban con el mundo exterior. Este hecho es completamente incompatible con un supuesto plan de exterminio secreto. Mas aún cuando las cartas y postales podían ir escritas en cualquier idioma, lo que haría muy difícil censurarlas.
¿Que hacía entonces una oficina de correos en el campo de exterminio? Algunos creyentes del Holocausto afirman que era utilizada únicamente por los
SS. Sin embargo esto no solo contradice las declaraciones de los sobrevivientes sino que también ignora importante evidencia documental. Se conservan aún un buen número de cartas con sus sellos y sobres originales enviadas por los internos desde supuestos «campos de exterminio», como
Auschwitz[11][12][7]. En películas y testimonios que apoyan la leyenda del Holocausto los sobrevivientes cuentan una y otra vez que se les permitía escribir y enviar correspondencia. Se pretende entonces que el lector llegue a creer que las autoridades de los campos, estando a cargo de decenas de miles de prisioneros, no tenían nada mejor que hacer aparte de dedicarse a traducir y censurar toda la correspondencia. Al mismo tiempo la historia oficial sostiene que los judíos sabían que estaban siendo exterminados, es decir que tales acusaciones no florecieron súbita y sospechosamente justo después de la guerra.
En contraste, después de la rendición alemana y con la instauración de los
Campos de la muerte de Eisenhower en donde se dejó morir de hambre y enfermedades a cientos de miles de soldados alemanes, el Departamento de Guerra de los
EE.UU. prohibió toda la correspondencia desde y hacia los prisioneros alemanes. Eisenhower negó a la
Cruz Roja todo permiso para acercarse a los campos donde se violaba la
Convención de Ginebra. La misma medida fue adoptada por los
británicos en relación al centro de
tortura de
La jaula de Londres. Muy por el contrario, en los campos de concentración para enemigos del
Tercer Reich se autorizó incluso la presencia de un delegado de la Cruz Roja, que podía inspeccionar las instalaciones y recoger testimonios de los detenidos, siendo esto totalmente inconsistente con una violación sistemática de de los
derechos humanos.
Desastre humanitario por el caos producido al final de la guerra
Fosa común con muertos de causas naturales en Bergen-Belsen (Alemania) en mayo de 1945. Aunque la historia oficial concede que este no era un campo de exterminio, los exterminacionistas prefieren emplear estas fotografías y no las de Auschwitz, por ser mas fácil sacarlas de contexto e inducir a pensar que se trataba de cuerpos de judíos exterminados.
Durante los años que duró la guerra el régimen
nacionalsocialista se encargó de proporcionar los medios de que disponía intentando evitar las epidemias y salvaguardar la salud de los prisioneros. Estos relatan como la situación empeoró hacia el final de la guerra en los campos ubicados en Alemania, gracias a los bombardeos
Aliados, produciendo estos una carencia de artículos básicos y medicinas. Este aspecto es confirmado en un informe de
Cruz roja en 1948, donde se explicó que los bombardeos sistemáticos de los aliados paralizaron los transportes y las comunicaciones.
No se podía ya realizar el aprovisionamiento regular de los campos y la falta de alimentos provocó la muerte de un número creciente de personas, no solamente en los campos, sino también entre la población civil.
Por ese motivo hubo que lamentar la muerte de muchos prisioneros en los campos del oeste liberados por
estadounidenses y
británicos. Estas a menudo se debieron a las mismas causas por las que morían los alemanes en sus ciudades, que además tenían que soportar constantes
bombardeos, masacres y
violaciones en masa por las tropas de ocupación.
Las escenas tomadas por los
Aliados de pilas de muertos esperando un entierro fueron utilizadas de manera propagandística después de la guerra en los
Juicios de Núremberg. Pero al mostrar las imágenes se omite explicar que son los mismos vencedores de la guerra quienes enviaron sus equipos de patólogos a
Europa buscando evidencia científica de atrocidades cometidas por los nazis. Las autopsias realizadas en los cuerpos arrojaron el resultado opuesto al que necesitaban para acusar a los vencidos. El Dr. Larson, patólogo de la Oficina General de Abogacía dirigió estos equipos y reportó:
“Ni un caso de muerte por envenenamiento de gases fue encontrado”. El Dr. John E. Gordon, médico científico y profesor de la
Universidad de Harvard también se encontraba con estas fuerzas e informó que:
“La mayoría de las muertes en los campos de concentración fueron causadas no por hambre o por maltrato, sino por tifus”. Debido a este revés, la acusación en Núremberg deja de lado la evidencia científica para centrarse en relatos orales y documentos con declaraciones juradas de supuestos testigos a los que a menudo la defensa no tenía derecho a interrogar.
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«Jejejeje… Estos tontos goyims se creen todos nuestros cuentos», se ríe el judío internacional malvado. |
Ya hablaré de la farsa del Estado Islámico… Un invento JUDÍO.